martes, 13 de noviembre de 2012

Correr, ¿Por qué correr?

... ¿Qué siento al correr?  ¿Qué busco al correr? 
Preguntas  frecuentes que todos  los corredores solemos escuchar de  aquellos que nos  rodean y que  muestran curiosidad por como es posible  que algo “tan cansado” nos  llegue a gustar tanto. En mis primeros  años como runner las respuestas han ido variando en función del momento: “para sentirme mejor”,  “necesitaba  hacer deporte”,  “me libera del estrés”,…  decenas  de  respuestas diferentes  pero  todas con algo en  común: los beneficios  para mi  salud física  y emocional  que recogía tras terminar una sesión de running.
Correr te transmite mil sentimientos diferentes, mil estados diferentes: alegría, tristeza, euforia, agotamiento, dolor, placer, ilusión, desesperación… sensaciones en ocasiones opuestas entre sí, sensaciones que cambian a cada momento, sensaciones llevadas al extremo, para bien y para mal.
Pero con el paso del tiempo me he dado cuenta que si bien eran respuestas correctas no transmitían lo que realmente me gusta del running, el verdadero “Por qué” de todas esas horas de entreno “robadas” al sueño, al descanso y, lo más importante, a la familia. Si verdaderamente me gusta correr es para alcanzar, para encontrar lo que me gusta denominar “el Nirvana del Runner” o “en ocasiones me olvido de respirar”, si me gusta tanto correr es por alcanzar ese momento en el que no siento NADA.
Una sensación que no llega siempre, no tiene horario, no tiene ruta, no tiene sentido y que solo te das cuenta que lo has alcanzado cuando sales de él.  El nirvana del runner es lo más parecido a soñar despierto. Durante un entreno, normalmente en solitario, llega un instante que tu pulso se estabiliza, tu zancada encuentra el apoyo correcto y que tu cuerpo deja de percibir elementos externos como la música, la lluvia, el sol o el viento … el silencio se adueña de tu entorno, no escuchas ni tu respiración. Es un momento mágico que puede durar 2,3,4,60 minutos … en el que avanzas de forma natural, adaptado completamente al entorno que te rodea (sueles lograrlo en entrenos de montaña).
La vida es maravillosa cuando nos dejamos llevar por ella soltando todo lo oscuro, todo lo gris que nos empeñamos en echarnos encima cada día. El running tiene eso, nos permite llegar a un acuerdo con nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro entorno para disfrutar de la vida formando parte de ella hasta el punto de no recordar si durante ese tiempo hemos respirado.

Correr, ¿Por qué correr? ¿Qué siento al correr? Qué busco al correr?  NADA, es ahí donde soy feliz.